
Hoy, casi 4 años más tarde todo sigue igual. Visitamos el Barrio San Vicente y volví a ver esas caras sonrientes de las foto. Especialmente a José, el chamo que sale dándole un beso al otro. Como dicen en el barrio "Alto Pana" mío. Los rostros han crecido, pero las sonrisas cuando nos vemos también. De ellos aprendí cosas que me han hecho ser lo que SOY. Los Quiero Mucho y hay momentos en los que siento impotencia de no poder hacer nada con lo que viven a diario. No es fácil que te cuenten que después de las 6:00p.m. no pueden salir de sus casas porque se están cayendo a tiros en la calle. Tampoco es asimilable que te cuenten que hace una semana mataron a una niña de 8 años de un disparo en la cabeza cuando inocentemente se encontraba entre una pelea de dos bandos que ocurría frente a la bodega donde estaba comprando. Éso no queda lejos de mi casa, está a sólo 15 minutos de la urbanización que nos parece "peligrosísima" pero en la que aun puedo salir de mi casa a toda hora...
Sí, se escapa de nuestras manos... pero no se escapa de mi corazón y de mis sentimientos. A esos niños, algunos jovenes ya, los quiero... sé que ellos también me quieren y por lo tanto me preocupan... No es mucho lo que puedo o podemos hacer, pero YO seguiré dándoles amor. Cambiando con una sonrisa, un abrazo, un "cómo anda la cosa?"... un minuto de sus vidas, y quién sabe si cambio algo más... De mi poco tiempo les brindaré una mañana del sábado distinta, que para mí significará mucho. Dejaré más huellas...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario